Para el Día del Niño
Comenzamos con el Día del Niño. En esta publicación queremos compartir una canción en ritmo de Huayno que, además, trata sobre un tema de delicada actualidad y que tiene que ver con lo referente al trabajo infantil.
Los derechos de los niños
Hoy nos toca hablar sobre uno de los temas más importantes dentro de la niñez y adolescencia. Realmente importante, porque somos nosotros –padres, maestros, mayores responsables- a quienes nos toca ejercer una vigilancia con respecto a los derechos del niño y del adolescente.
¿Qué son los DERECHOS? Son aquellas facultades que tenemos los seres humanos con respecto a determinadas situaciones o circunstancias. Por ejemplo: tenemos derecho a un trabajo digno; tenemos derecho a un nombre; etc. Es por ello que es más que indispensable reconocer los derechos que tienen los más desprotegidos: los niños.
Cuando en 1948 La Asamblea de las Naciones Unidas (ONU) consagró La Declaración Universal de los Derechos Humanos tuvo presente, obviamente, a los niños en ese escrito. Pero, posteriormente, se llegó al convencimiento de que los niños y adolescentes necesitaban estar específicamente protegidos y sus derechos especialmente declarados.
Es por ello que el 20 de noviembre de 1959 esta misma Asamblea de la ONU redacta y aprueba La Declaración de los Derechos del Niño, la cual consta de diez enunciados o principios.
En 1989, la ONU firma La Convención sobre los Derechos del Niño, la cual incluye nuevos principios que vienen a complementar la Declaración del año 1959. Asimismo, se incluye el Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía.
A partir de ella, se ha invitado a todos los países del mundo a que la hagan propia. Actualmente, casi la totalidad de ellos han incorporado medidas especiales para la protección de los niños. Se basan en el respeto a la dignidad y el valor de cada individuo, independientemente de su raza, color, género, idioma, religión, opiniones, orígenes, riqueza, nacimiento o capacidad, y por tanto se aplican a todos los seres humanos en todas partes.
Con la enumeración de los derechos, a lo que se le da prioridad es a contribuir a resolver las necesidades básicas de los niños y ampliar sus oportunidades, a fin de que alcancen su pleno potencial.
Mucho se ha hablado sobre el derecho de los niños y niñas a no trabajar, o dicho de otra manera, que tienen derecho a estudiar, a jugar, etc., enunciándose específicamente, el derecho a no ser explotados laboralmente.
En la provincia de Buenos Aires, existe la COPRETI (Comisión para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil) la cual depende del Ministerio de Trabajo de la Provincia. En ella se realiza un sondeo sobre: si existe trabajo infantil en toda la provincia, en qué zonas determinadas, se inspeccionan los lugares denunciados como infractores de ese derecho y se trata de dar una respuesta a la situación de trabajo en niños y niñas.
Personalmente, me ha tocado ser miembro de la COPRETI, situación de la que estoy muy orgullosa. No solamente me ha permitido participar sino que también, y sobre todo, he aprendido lo más importante: a darse cuenta de cómo tenemos los adultos naturalizado el trabajo de niños y niñas, a la par el daño físico, psíquico, emocional y espiritual que trae aparejada la explotación laboral infantil.
Cada día, después de una reunión, comentaba en casa lo ocurrido en la misma… y pensábamos (con mi esposo) cuál era la mejor manera de mostrarle a la gente lo que habíamos aprendido; cómo transmitirlo. Llegamos a la conclusión que la mejor manera era a nuestra forma: con el canto y sobre los escenarios.
Sería solamente un granito de arena, ya que sabemos a ciencia cierta que, lamentablemente, nosotros no veríamos el cambio radical en la sociedad… quizá lo verán nuestros nietos. Pero nadie puede negar que nuestra canción sería escuchada por mucha gente que, aunque sea de a poquito, irían cambiando su forma de pensar.
Así nace YO SOY UN NIÑO. Una canción en donde dos niños, amigos, reflejan realidades diferentes. Y con ella tratamos de que la realidad de ellos y ellas no sea tan trágica y, sobre todo, no lleve a quemar etapas que son irrecuperables.
YO SOY UN NIÑO
ES TEMPRANITO Y AÚN EL SOL
NO HA COMENZADO NI A ASOMAR,
POR MI VENTANA NO VEO CLARIDAD…
YO SOY UN NIÑO, SÍ SEÑOR,
Y COMO TODOS QUIERO ESTAR
POR UN RATITO MÁS ABRAZADO A MI MAMÁ.
PERO MI VIDA NO ES ASÍ
MÁS DURA ES MI REALIDAD:
ME ESPERA EL SURCO, YO TENGO QUE TRABAJAR.
EN LA COSECHA DE ALGODÓN,
O EN EL TABACO, QUÉ MÁS DÁ.
YO SOY UN NIÑO, SÓLO QUIERO IR A JUGAR.
QUIERO UN HORIZONTE
PURO Y LIMPIO PARA MÍ.
DONDE NO HAYA NADA
QUE ME PUEDA HACER SUFRIR.
MUNDOS DE JUGUETE
QUE ME PUEDAN DIVERTIR…
¡Y UNA INFANCIA ENTERA
POR VIVIR!
LA OTRA TARDE ME ENCONTRÉ
CUANDO VOLVÍA DE COSECHAR,
YA CANSADITA, CON MI BUEN AMIGO “EL JUAN”.
ME CONTÓ QUE EN LA ESCUELA A ÉL
YA LE ENSEÑARON A SUMAR
Y EN EL RECREO, AL FÚTBOL PUEDEN JUGAR.
PERO MI VIDA NO ES ASÍ,
MÁS DURA ES MI REALIDAD.
ME ESPERA EL SURCO, YO TENGO QUE TRABAJAR.
EN LA COSECHA DE ALGODÓN,
O EN EL TABACO, QUÉ MÁS DÁ:
YO SOY UN NIÑO, SÓLO QUIERO IR A JUGAR.
Autor y Compositor: Esteban Sarlenga